Para conocernos!

Es una profesión de ayuda que tiene como objetivos fundamentales la prevención, el cambio y el desarrollo personal. Su traducción oficial es "consultoría Psicológica", y se caracteriza por tareas de asesoramiento, orientación y acompañamiento, además de aconsejar, a personas en situaciones de crisis o conflictos y en sus búsquedas del bienestar y sentido.

Esta es la definición más amplia de esta disciplina que surge con identidad propia hace más de 60 años y que tuvo un amplio desarrollo desde hace casi 15 años.

Diferenciándose de lo que comúnmente conocemos como "terapias" por el hecho de que su foco no es la enfermedad, ni lo patológico, sino la salud y la vida plena. El Counseling, poseedor innato de una Actitud Mental Positiva, llega con una fuerte impronta humanista, especialmente centrada en la persona, siendo ésta la orientación desarrollada por Carl Roger, la cual plantea una radical confianza en la capacidad innata del ser humano para encontrar por si mismo los recursos necesarios para vivir su vida de la mejor manera posible.

Esta tendencia natural al crecimiento puede ser desplegada a partir del encuentro con otra persona (en este caso el profesional del Counseling), capaz de establecer un vínculo que se caracterice por la ausencia de amenaza y por la presencia de empatía, aceptación y autenticidad. Entonces, el Counselor que se forma en esta orientación, además de su capacitación teórica y técnica, se entrena profundamente en la comprensión e incorporación de estas actitudes facilitadoras que crean las condiciones para que el crecimiento personal ocurra.

Funciones del Counseling

En el counselor se puede encontrar un profesional con el cual sentirse completamente seguro, comprendido y aceptado de modo tal que cualquier vivencia, cualquier pensamiento o sentimiento, aun los más abominables para uno mismo. Pueden ser recibidos y expresados. Lo que Ud. expresa confusamente es devuelto por el profesional con absoluta claridad y aceptación, sin una pizca de juicio o condena, demostrando que comprende lo que pasa en las fibras más intimas, aún de manera más clara que uno mismo. El counselor lo recibe tal cual es y ayuda a ser más uno mismo, sin tanta defensa y temor. Las necesidades de respeto, valoración, empatía, autonomía y apoyo se pueden ver satisfechas en un vínculo que permite explorar nuevas posibilidades para la vida y para el crecimiento. Se pueden descargar tensiones y emociones encontrando la sanación y renovación que permiten seguir adelante con sus proyectos con mayor fortaleza interna. El Counseling es un lugar donde puede sentirse verdaderamente a salvo, como para correr el riesgo de ser completamente usted mismo.

Que hacen los Counselors?

Toman consultas de persona o grupos que necesitan una orientación o un proceso de ayuda para tomar decisiones, resolver algún problema o destrabar conflictos que dificultan el transcurrir vital. Crean condiciones de bienestar psicoespiritual, en niveles individuales, interpersonales y comunitarios y abren caminos hacia un mejor despliegue personal.

Aprenden a escuchar de un modo empático e incondicional y desde su congruencia y autenticidad elabora técnicas con el objetivo que sus consultantes recobren la integridad perdida y elijan modos más favorables de conducirse y estar en el mundo.Derivan o trabajan en equipos interdisciplinarios cuando detectan patologías médicas o psíquicas. Ayuda a tomar decisiones favorables, facilitando la transformación y el despliegue de potenciales personales, asistiendo durante el proceso de cambio.

jueves, 7 de febrero de 2013

Cuando el cerebro y el cuerpo dicen basta!


Surmenage, cuando el cerebro y el cuerpo dicen basta

El estrés no se debe subestimar:
A modo de Resumen:¿Qué es el surmenage?Generalmente se lo atribuye al estrés, al exceso de trabajo, a la fatiga física, emocional y mental, al querer superar obstáculos por encima de las propias capacidades. Prácticamente es el nombre que se le daba antiguamente al hoy conocido estrés. Sabemos que el estrés es uno de los principales enemigos de la salud y muy especialmente para los que padecemos del SFC. (Síndrome de fatiga crónica)
El surmenage, también conocido como síndrome de fatiga crónica es un tipo de bloqueo del sistema nervioso, y los sintomas son de lo más variado, pudiendo ir desde una severa pérdida de memoria y problemas de concentración hasta desmayos, y estados de shock, que dejan a los que lo padecen incapaces de reaccionar, pareciendo zombies.
Desde 1989 la Organizaciuón Mundial de la Salud hizo oficial su existencia, se estima que para diagnosticarse como tal, la persona afectada ha bajado su rendimiento psico-físico en un 50 %
La constante acumulación de stress, problemas de diversa índole, etc, logran sobrepasar cierto límite de tensión emocional, la cual disminuye las defensas y genera una severa depresión.
El cuerpo segrega adrenalina en forma excesiva, lo cual genera a su vez un cuadro de hipertensión arterial, que origina un cierre de las arterias del corazón, cerebro, retina de los ojos y riñones.
Los síntomas del surmenage son: sentirse triste por largos períodos de tiempo, pérdida de gusto ante cosas que antes le gustaban, problemas de apetito y sueño, (perdida de ambos o necesidad en exceso), cansancio mental o físico que no mejora con el descanso, poca concentración, trastornos del humor e incluso ciertas enfermedades somáticas.
Toda esta sintomatología no se presenta de la noche a la mañana, sino que son factores acumulativos.

Otros síntomas pueden ser:
  • Fatiga que dura más de 24 horas después de realizar una actividad física que normalmente sería tolerada fácilmente
  • Fiebre leve (101° F [38.3° C] o menos)
  • Dolor de garganta
  • Sensibilidad en los ganglios linfáticos del cuello o la axila
  • Debilidad muscular en todo el cuerpo o en distintas partes, que no es causada por ningún trastorno conocido
  • Dolores musculares
  • No sentirse descansado después de haber dormido suficiente tiempo
  • Dolores de cabeza de calidad, gravedad y patrón diferentes de las anteriores
  • Dolor en las articulaciones, que muchas veces pasa de una articulación a otra , sin edema ni enrojecimiento de las articulaciones
  • Falta de memoria u otros síntomas similares que incluyen dificultad para concentrarse, confusión o irritabilidad
Los especialistas recomiendan un tratamiento basado en ejercicios para estimular el sistema nervioso y liberar endorfinas, y así mantener activo el sistema neurovegetativo.
La alimentación debe basarse en pescado azul (sardinas truchas, atún), vegetales, frutas, y si es posible una copa diaria de vino tinto.
Generalmente con un tratamiento de antidepresivos e inductores del sueño, el afectado se recupera; después debería descargar su angustia y de ser necesario seguir alguna psicoterapia.
Evitar las trampas del entorno laboral y encontrar el placer en lo que se hace pueden ser las llaves para evitar el agotamiento por exceso de trabajo.
La crisis económica, el temor al desempleo, los deseos de superación intelectual y el vacío afectivo en el que muchas personas caen al priorizar las condiciones materiales antes que otros valores personales pueden ser caldo de cultivo para lo que desde hace tiempo se conoce como “surmenage” o colapso intelectual. Primo hermano del burnout (o “síndrome de la cabeza quemada”), este padecimiento se hace carne en quienes exigen a su cerebro más de lo que este puede procesar.
Si el burnout es característico de quienes interactuaban cotidianamente con personas –empleados públicos, maestros, asistentes sociales– el surmenage puede atacar a todos por igual. A los trabajadores que no dan descanso a su cabeza, e incluso a estudiantes.

Señales de agotamiento

Un cuadro de surmenage o estrés laboral e intelectual puede traer síntomas físicos, comportamentales y también afectivos.
Entre los síntomas físicos se pueden encontrar palpitaciones, acompañadas por una sensación de que el corazón late con fuerza, de forma irregular o rápida. Puede haber dolor y opresión en el pecho, hormigueo en brazos y piernas, indigestión y distensión abdominal por gases, micciones frecuentes, bruxismo (el hábito de apretar los dientes), impotencia o falta de libido, alteración del ritmo menstrual, dificultad para enfocar los ojos, tensión muscular –a menudo dolor en la nuca o en la parte baja de la espalda–, cefalea persistente –con frecuencia comenzando en la nuca y extendiéndose hacia adelante sobre la cabeza–, erupciones cutáneas o la sensación de tener un bulto en la garganta.
Pero esto no es todo. Quien padece un surmenage también experimenta un cambio de comportamiento que puede ir desde la indecisión y descontento injustificado, el aumento del ausentismo y la demora en recuperarse de accidentes y enfermedades, la tendencia a sufrir accidentes y descuido en la conducción de vehículos, la disminución de la calidad y la cantidad de trabajo, el aumento del tabaquismo y del consumo de alcohol, la dependencia de drogas: tranquilizantes y somníferos, exceso de comida o pérdida del apetito hasta cambios en la forma de dormir: dificultad para quedarse dormido y cansancio.
A su vez, y no menos importante se suceden alteraciones afectivas tales como los cambios de humor de forma excesiva y rápida, la preocupación excesiva por cosas que no merecen la pena, la incapacidad de sentir compasión por otras personas, el interés excesivo por la salud física, el introvertirse y soñar despierto, la sensación de cansancio y falta de concentración y también el aumento de la irritabilidad y la angustia.

La puerta de entrada

¿Por qué esta actitud de sumergirse en el trabajo o el estudio puede volverse patológica? ¿Se puede el dejar de pensar y de ocuparse de todo lo demás?
Pueden existir presiones externas y/o internas. “Las externas son de la institución de trabajo ó estudio, que tiene altas demandas hacia el sujeto y que además éste cree que no puede regular”, explica la psicoanalista y presidenta del capítulo de Psiquiatría Preventiva de la Asociación Psicoanalítica Argentina, Elsa Wolfberg.
Las razones internas, en tanto, pueden ser la necesidad de eludir el afrontamiento de conflictos personales, subjetivos, frente a lo cual tanto el exceso de estudio o de trabajo se vuelven “buenos”, distraen y son fácilmente “legalizables”. Para Wolfberg, tanto el trabajo como el estudio son recursos de crecimiento personal, pero también pueden proveer el modo de huida de resolver crisis afectivas, y en esa medida, no crecer.
No menos cierto es el hecho de que la precarización laboral promueve la existencia de un clima social más competitivo que cooperativo y en tanto así, la competencia puede no tener límite para conseguir un lugar laboral que es cada vez más escaso.
Lo mismo ocurre con los estudios. El querer absorber demasiado conocimiento en poco tiempo puede llevar al cerebro a una fatiga de difícil recuperación. En este sentido, es fundamental respetar los tiempos de cada uno y aquellos destinados al descanso físico e intelectual.

A no ser el último en darse cuenta

El surmenage siempre da señales. Quien lo padece siente la extenuación, la dificultad para trabajar o estudiar, la fatiga profunda que no revierte con el descanso de poco tiempo sino que requiere un proceso de remotivación y recupero de sentido de la tarea. La vida afectiva y los vínculos próximos tienden a ir empobreciéndose; tal vez la persona se aísle y evite el contacto social.
“ Atender a esas primeras señales de sobrecarga, regular la actividad con ingenio y creatividad, tratando de recuperar el gusto por la actividad y atendiendo también a los aspectos afectivos y sociales, los vínculos y los otros intereses vitales que se puedan tener son medidas fundamentales para no caer en el surmenage o estrés laboral e intelectual”, señala la psicoanalista.
Por otra parte, es esencial la conexión con el propio cuerpo, tanto para captar las señales de tensión y sobrecarga, como para realizar actividades corporales que procuren bienestar. En este sentido, es aconsejable realizar siempre alguna actividad física que resulte placentera: practicar deportes como la natación, yoga, bailar, o emprender actividades lúdicas o artísticas en las que se involucre todo el cuerpo.
“Siempre es posible encontrar un margen de negociación personal con la demanda laboral, como para no colapsar, ‘rebusques' ingeniosos para que la actividad pueda seguir dando una cuota de placer ya que en tanto así sea, el trabajo será salud”, concluye Wolfberg.

1-   Evita trabajar a un ritmo exasperado con la preocupación constante de querer hacer mucho y hacerlo rápido.
Trabajar con tanta ansiedad, no logra los resultados deseados, más bien ocurre lo contrario: hay un consumo excesivo de energía acompañado por una pérdida de rendimiento.
No siempre el que trabaja más fuerte obtiene más resultados

2-   Otro error muy importante que hay que evitar es realizar una actividad mientras estas pensando en otras cientos de cosas que tienes pendiente por hacer, o en problemas familiares, o en la discusión que tuviste el día anterior con el vecino, no ayudan para nada a concentrarse, y redundan en pérdida de eficacia en la realización de cualquier actividad.
Estas recomendaciones se aplican no sólo a los que trabajan, sino también para los estudiantes y en general para todas las personas que se ven obligados a realizar una actividad en particular, incluso en casa.